Diversos estudios epidemiológicos han
encontrado una asociación entre el consumo moderado de bebidas alcohólicas y un
menor riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular. Parece ser, que una
ingesta moderada de alcohol, por debajo de los 30 g al día, tiene un efecto
beneficioso sobre el perfil lipídico al aumentar el cHDL. Por encima de esta
cantidad de 30 g diarios, el alcohol no se puede metabolizar adecuadamente y
causa graves daños en el hígado y el resto de los tejidos corporales, en
especial el cerebro y el corazón. También actúa como un agente cancerígeno y
provoca graves patologías psicosociales.
Además de este efecto beneficioso
sobre los lípidos del alcohol en pequeñas dosis, se han descubierto sustancias
antioxidantes en el vino, sobre todo en el tinto, que tienen una gran capacidad
para proteger a las lipoproteínas LDL de la oxidación. Estas sustancias, principalmente
bioflavonoides y transresveratol, tienen una potencia antioxidante varias veces
superior a la de la vitamina C y proceden principalmente del pellejo de las
uvas negras. En realidad, se consiguen los mismos efectos protectores tomando
zumo de uva o uvas al natural, pero las poblaciones en las que se realizaron
los estudios que sacaron a la luz estos descubrimientos preferían beber vino.
Por otra parte, debido a que el
alcohol compite con los ácidos grasos para su oxidación hepática, aumenta la síntesis
de triglicéridos y, por tanto, de VLDL. El aumento de triglicéridos en la
sangre es un factor de riesgo cardiovascular por sí sólo.
Sin embargo, el café o la cafeína no parece
que tenga efectos importantes sobre los lípidos en la sangre. Algunos estudios
han encontrado que el café descafeinado aumenta los niveles de cLDL,
posiblemente debido a los restos de disolventes orgánicos que contiene, de los
que también se ha dicho que son cancerígenos.
De todas formas, lo que sí que
produce la cafeína es un aumento transitorio de la tensión arterial, lo cual
produce un agravamiento del riesgo cardiovascular.
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El consumo de
bebidas alcohólicas nunca superará los 30 g al día. Esta cantidad equivale a unos
300 cc de vino, unas 3 cervezas o una copa (75 cc) de coñac, whisky, anís,
etc. |
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Siempre se
preferirá el vino tinto a cualquier otra bebida alcohólica, por sus
propiedades antioxidantes. |
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El consumo de
alcohol está claramente desaconsejado en persona con sobrepeso o
triglicéridos altos. |
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Reducir el
consumo de café, especialmente si se padece de hipertensión arterial. |
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Evitar el consumo
de café descafeinado. Si se quiere reemplazar el café por una bebida sin cafeína
utilizar malta, achicoria o preparados de cereales. |